Por Nelson Rojas
Vivir en medio de adversidades es una experiencia que muchos enfrentamos, y la Biblia ofrece enseñanzas valiosas sobre cómo encontrar fortaleza y esperanza en esos momentos difíciles.
Una de las pasajes más significativos es Romanos 5:3-5, que dice: «Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones; sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.» Aquí, se nos enseña que las dificultades pueden ser oportunidades para crecer y fortalecer nuestra fe.
Asimismo, en Filipenses 4:13, se nos recuerda: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.» Esta afirmación nos anima a confiar en la fuerza divina, recordando que no estamos solos en nuestras luchas. La fe en Cristo nos da la capacidad de enfrentar cualquier desafío que se nos presente.
También es importante considerar el Salmo 23, donde se dice: «Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo.» Este salmo nos reconforta al recordarnos que la presencia de Dios nos acompaña incluso en los momentos más oscuros.
Finalmente, en 2 Corintios 4:16-18, encontramos una perspectiva que nos alienta a no desanimarnos: «Por tanto, no desmayamos; antes, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior, no obstante, se renueva de día en día.» La adversidad puede desgastarnos externamente, pero nuestra fe y relación con Dios pueden renovarnos internamente.
La Biblia nos invita a ver las adversidades no solo como obstáculos, sino como oportunidades para crecer en fe y esperanza, recordando que Dios siempre está con nosotros en cada paso del camino.